Categoría: Poesía
España, agosto 2022
Te veo sentado en el nuevo sofá,
con esos ojos azules brillantes,
imaginando qué poner y en dónde,
mirando por la ventana,
descubriendo el lugar.
Te veo montado en ese nuevo carro,
que tal vez no soñaste para ti,
pero sí que soñamos para los dos.
Algo pequeño, divertido, sencillo.
Te veo lleno de algo que no puedo
explicar, y yo dejándome contagiar.
Te escucho diciendo que
hay que disfrutar y que deje el temor
de no sentir tierra al andar.
Veo mucho coraje,
porque acá los dos somos extranjeros.
Al mismo tiempo, me detengo,
y veo tus dedos jugando
a arrancarse los cueros,
te veo cansado, sin voz,
porque he aprendido que el aire frío
te viene mal, pero que empeora
cuando debemos tomar decisiones
y que esa es tu manera de decirlo todo,
sin decir nada.
Mientras tanto yo lloro, como siempre,
tratando de digerir esto,
que cambiamos de vida,
que nos seguimos moviendo,
casi como un impulso animal.
Te veo en ese primer piso,
real, con nuestras cosas,
lleno de emociones,
de decisiones, de incertidumbres,
de abrazos que calman.
Te veo aquí dormido, a mi lado,
te susurro, ya estas profundo,
pero sigo mirándote y diciendo ¡gracias!
Una Andrea Más. Lo que estoy viendo.

Comentarios