Categoría: Relato
Suiza, noviembre 2021
Pasear, conocer y tener nuevas experiencias es increíble, pero ¿por qué nadie nos dijo que movernos incomoda tanto?
Siempre que llego a un lugar nuevo lucho con varias cosas como la cama, las ganas de dormir en un lugar mío, limpio, íntimo, perfecto. No es lo mismo recostar la cabeza en una cama nueva, que dormir placentero en un lugar con historia, en un espacio tuyo.
Llevaba meses sin dormir bien, creo que de largo hacia 4 horas, y las mejores noches del año las pasé en mi cama, pocas, en Colombia, nada espectacular, la cama de siempre, la almohada de siempre, la cobija de siempre, tal vez es eso, que todo era lo de siempre y que lo viejo, es más que suficiente.
El 2021 fue un año espectacular, sorpresivo y milagroso, sin embargo, al mismo tiempo doloroso, incierto y lamentable. De nosotros, se llevó una parte y esta navidad como otras volvimos a faltar algunos en la mesa.
Estar de un lado para otro me ha llevado a vivir con el hecho de que hay momentos que me pierdo de los que amo, sus cumpleaños, sus triunfos, sus dolores y hasta sus enfermedades. Es posible que los últimos años haya sido una "afortunada" porque casi siempre estoy presente en los momentos más duros de mi familia.
Desde hace 7 años hemos convivido con muchas despedidas, cerrado muchos cajoncitos y hecho muchas novenas. Cuesta aceptar que los movimientos son sorpresas, choques necesarios, inspiradores, que traen sabiduría y a veces mucha frustración y que parte del proceso de estar presente es sentir todo eso.
El 2022 llegará con nuevos momentos, más aventuras y retos, llegará con la fluidez de la vida, que es inesperada y dirá lo que tenga que decir. Sin miedo, con mucha voluntad. Lo único que podemos predecir es que es necesario aceptar el movimiento.
Una Andrea Más
Comments